14 de mayo de 2011

PECES CON TATUAJES: NUEVAS MASCOTAS EN CHINA

La moda del tatuaje se ha cebado en China con los indefensos peces loro, una mascota barata cuyo precio se incrementa al grabar con láser en su lomo flores o ideogramas chinos de la fortuna, una técnica cruel según los amantes de los animales. En el mercado pequinés de flores y animales de Laitai, dos de los...
veinte puestos de animales venden peces tatuados con flores, una técnica para atraer a los compradores supersticiosos que también se sienten atraídos por los que exhiben en sus lomos los ideogramas chinos de "amor", "felicidad", "fortuna" o "longevidad".

La propietaria del negocio asegura que no son ellos quienes los tatúan, sino que los importan de Taiwán ya decorados, aunque se niega a dar más detalles sobre el controvertido asunto.
No obstante, la dueña de una tienda cercana, Wang Ruili, asegura que se trata de una crueldad que atenta contra toda ética: "Yo no vendo esos peces. Esos tatuajes se hacen con láser, es algo muy cruel que hace daño al pez", señala en el interior de su tienda de mascotas, "Pez Dorado Quintaesencia de la Cultura China".

Según Wang, los peces "son seres vivos, como los humanos", y tatuarles el lomo es "una falta de respeto hacia la vida, que además se hace para ganar más dinero", ya que esa especie es muy barata.
Sin embargo, hasta esta propietaria reconoce que hay clientes que por curiosidad compran estos peces grabados con flores, corazones o frases de la buena suerte como, "Gongxi Facai" ("próspero año nuevo") que llaman más la atención a la hora de vender.

Por ejemplo, un ejemplar de pez loro tatuado con una flor puede costar unos 40 yuanes (6 dólares o 4,3 euros), muy por encima de su valor, frente a los 170 (25,8 dólares) que cuesta una pareja de peces dorados, símbolo de la buena suerte o del matrimonio en China.
Los vendedores aseguran que la moda de tatuar peces se inició en Taiwán y fue importada hace unos años a China, donde se hizo popular a raíz de una creencia que identifica al pez con la prosperidad, porque su pronunciación se asemeja en chino, y con la fertilidad, por la gran cantidad de crías que tienen.

La tienda de Wang está repleta de los llamados "peces dorados" o "jin yu" (Carassius auratus), un colorista familiar de la carpa que empezó a domesticarse en China durante la dinastía Jin (265-420).
"Nosotros sólo comerciamos con peces hermosos", explica Wang. "De la misma manera que ellos nos traen alegría, nosotros también tratamos de que estos animales sean felices", agrega.
Los chinos compran peces por varios motivos, el principal como animal de compañía, pero también por el "Feng Shui" o geomancia china, una disciplina estética que juega con los cinco elementos y que recomienda situar canales y estanques en determinados lugares para atraer la buena fortuna.

Además, una creencia popular agrega que si al estanque o recipiente se llena con seis peces dorados y uno negro el elemento agua será más potente, una costumbre más usual en el norte del país asiático, que es mucho más seco en comparación con el sur.
"En los antiguos patios de Pekín, los 'siheyuan', siempre había un jarrón grande con peces dorados que nuestros abuelos cuidaban. Muchos clientes quieren conservar esa memoria y compran estos", explica la vendedora Wang.

Otro de los motivos es que los "jin yu" son uno de los ocho objetos auspiciosos del Budismo ("Ashta Mangala", en sánscrito), junto con un trono vacío, la esvástica, las huellas de Buda, un cuenco para mendigar, el nudo infinito tibetano, un florero con joyas y el Vaso del Tesoro.
Un pedigrí del que sin duda carece el desvalido pez loro, al que para tatuarlo se le "clavan agujas llenas de tinta en su piel, que es muy sensible, por lo que se produce una respuesta inflamatoria a la tinta y al trauma de la aguja, que produce dolor durante varios días hasta que sana", señaló Kati Loeffler, experta del Fondo Internacional para la Protección de los Animales (IFAW) en China.

En un país en el que las mascotas crecen de forma paralela a su desarrollo, es necesario saber que "los peces no son mascotas como los perros o los gatos, a los que se puede tocar sin problema. En realidad, sufren un gran estrés cuando son tatuados", concluyó.
http://www.lavanguardia.com/

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