AMISTAD DE 12 MIL AÑOS: GATOS

Aunque es difícil establecer una fecha exacta de cuándo fueron domesticados los primeros gatos, algunos investigadores coinciden en opinar que la relación entre humanos y felinos empezó hace unos 12 mil años, en el Oriente Próximo. Los análisis genéticos del Proyecto Garfield, realizados por un grupo de científicos liderados por Stephen J. O’Brien, jefe del Laboratorio de la Diversidad Genómica del Instituto Nacional de...
Cáncer en Maryland, EE. UU., revelaron que los ancestros de los gatos domésticos habitaban cerca de Mesopotamia y el área del Mediterráneo, en la actual Turquía.
Se supone que los primeros acercamientos se dieron cuando el ser humano dejó de ser cazador-recolector y empezó a cultivar la tierra. Tras la cosecha, los agricultores almacenaban trigo y otros granos: esto atraía a las ratas y otros roedores, que a su vez atraían a gatos silvestres, que los cazaban. Y fue así como empezó la amistad entre felinos y humanos: por conveniencia mutua.

Aunque en tiempos modernos los gatos figuran entre las mascotas favoritas de personajes famosos como The Beatles, el artista H.R. Giger, los escritores Julio Cortázar, Jorge Luis Borges, Ernest Hemingway, H.P. Lovecraft y Stephen King, por mencionar solo algunos, la edad de oro para estos animales fue la época de los faraones, en el antiguo Egipto, cuando se les idolatraba como a dioses y cualquier persona que matara a un gato era condenada a muerte.
En aquel entonces, el gato era considerado, ante todo, un animal protector. Su instinto territorial lo hacía eliminar a las serpientes de las cercanías y cazaba toda clase de roedores, con lo que protegía los silos donde se guardaban las cosechas de trigo y evitaba la propagación de enfermedades como la rabia y la peste.
La prueba más antigua sobre la domesticación de los gatos se halla en varias piezas de arte egipcio del siglo XX antes de Cristo, especialmente en una pintura en el Museo Británico de Londres, Inglaterra, que presenta a un cazador y su gato, que sostiene dos aves con sus patas y una entre los dientes.
La diosa Bastet simbolizaba la belleza y la fecundidad, y era representada por una mujer con cabeza de gato. Simbolizaba la energía solar, la luz y el calor, así como la noche, el misterio y la luna. Era la diosa de la fecundidad, curaba enfermedades y velaba las almas de los muertos.

Desde siempre, los felinos han capturado la imaginación de los artistas y protagonizan incontables historias: algunas divertidas y otras no tanto. Desde El gato negro, de Edgar Allan Poe; Los gatos de Ulthar, de H.P. Lovecraft, y el gato zombie del Cementerio de Mascotas, de Stephen King, hasta el Gato Risón, de Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll.
En cuanto a personajes animados o de cómic hay felinos a montones: Los Aristogatos, El Gato con Botas, La Gata Loca, Félix, Tom, Garfield, Silvestre, Heatcliff, Don Gato (y su pandilla), Stimpy, Gatúbela, Catman y muchos más. La lista es interminable.
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