sostenible.
La cabra no está bien vista en Canarias. Eso, al menos, opina José Ramón Arévalo, profesor titular de Ecología de la Facultad de Biología de la Universidad de La Laguna.
La cabra, explica a Efe Arévalo, ha sido y es considerada perniciosa para el medio ambiente, e incluso hay algunos grupos ambientalistas que tienen cierta animadversión hacia ese herbívoro, que se estima llegó a Canarias con los guanches.
«Hay porciones del territorio canario que, debido a que en ellas se pastorea con cabras, se mantienen los ecosistemas de forma sostenible. Sin embargo, existen administraciones que restringen este pastoreo cerca de los espacios protegidos», comenta Arévalo.
Este profesor de Ecología es partidario de favorecer una actividad que se está perdiendo por su escasa rentabilidad económica: «En la zona de Teno, en el norte de Tenerife, no quedan más que unos cuanto pastores y no parece que tengan seguidores».
«Los quesos canarios son muy apreciados porque se hacen con leche cruda de cabra, lo que les da unas características superiores a los que se producen en el resto de España», señala Arévalo. Canarias es la comunidad autónoma con uno de los consumos de queso fresco más altos del país. El corolario, según el profesor, es que «la cabra no provoca efectos devastadores si se gestiona bien su actividad».
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