El tracto intestinal de un perro contiene un 65% de su sistema inmunológico, además de integrar bacterias buenas y malas, cuyo equilibrio es vital para su salud y bienestar.
Aunque usualmente las bacterias causan enfermedades, existen bacterias que son beneficiosas para los canes. Los prebióticos contenidos en la nutrición, aumentan las bacterias buenas permitiéndoles que se acumulen frente a las bacterias malas, ayudando a mantener un equilibrio saludable dentro de lo que es un complejo ecosistema...
interno.
Los FOS prebióticos funcionan fomentando el crecimiento de las bacterias buenas en el tracto digestivo del perro, y como éstos se rompen de forma selectiva en este lugar, no aumentan los niveles de bacterias malas, como la salmonela. De hecho, los niveles de bacterias malas se reducen como resultado de estar superpoblados gracias a las buenas bacterias, ayudando así a mantener un equilibrio saludable.
El tracto digestivo es la principal barrera de los alimentos que se podrían ingerir a diario, así que ayudar a mantener esta integridad defensiva es vital para el bienestar de los perros.
Al evolucionar como carnívoro, el perro está diseñado para comer y digerir como principal fuente de alimentación, y dispone de un sistema gastrointestinal altamente especializado, como son los intestinos, para llevar a cabo esta tarea. Su antecesor natural, el lobo, comparte buena parte de la misma psicología, permitiendo el procesamiento y derivación de los beneficios nutritivos y digestivos de la presa completa de la que se está alimentando, ayudando a mantener su sistema inmune y el bienestar de la fauna.
La dieta más refinada de un perro, que sigue siendo rica en proteínas animales, está indicada para el estilo de vida doméstico, pero sigue necesitando ingredientes que le ayuden a mantener sus defensas naturales, que es donde los prebióticos pueden ayudar.
De algún modo, el avance de los prebióticos para perros se asemeja a los desarrollos de la nutrición para los seres humanos. Es por ello que una buena salud comienza desde el interior, tanto para nosotros como para nuestros perros.
Clínicamente se ha demostrado que los prebióticos ayudan a conseguir el equilibrio correcto entre las bacterias buenas y malas en el intestino, apoyando las fuertes defensas naturales que ayudan al perro a estar en la mejor forma posible.
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